CALIFORNIA.- William Baldwin no está muy contento con Sharon Stone. La actriz de Bajos Instintos decidió revelar los nombres detrás de una de las anécdotas más polémicas de su carrera, diciendo que el fallecido productor Robert Evans intentó convencerla para mantuviera relaciones sexuales con Baldwin con la supuesta intención de mejorar su actuación en Sliver: una invasión a la intimidad (1993).
De acuerdo con un artículo escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54, sin embargo, al actor no le causó nada de gracia y arremetió contra Stone con un ataque sobrado que terminó provocando todo tipo de reacciones. Aunque seguramente no se imaginaba que la peor de todas hundiría su discurso por completo.
“¿No estoy seguro de por qué Sharon Stone sigue] hablando de mí todos estos años después?”, escribió el actor de 61 años en X (antes Twitter) tras conocer que Sharon Stone había expuesto la anécdota con lujo de detalles en un episodio reciente del podcast de Louis Theroux. “¿Todavía está enamorada de mí o todavía está herida después de todos estos años porque rechacé sus insinuaciones?
“¿Le dijo a su amiga Janice Dickinson el día después de que me hice la prueba de cámara y me las encontré en nuestro vuelo del MGM Grand de regreso a Nueva York… ‘Voy a hacer que se enamore tanto de mí que le dará vueltas la cabeza?’”, escribió a continuación. “Tengo tanta suciedad sobre ella que le daría vueltas la cabeza, pero me he mantenido callado”, despotricaba.
Pero entonces la modelo Janice Dickinson entró en la guerra de rumores… y le tapó la boca.
Janice Dickinson en defensa de Sharon
Tras el revuelo mediático que provocó el cruce de palabras entre los protagonistas del thriller erótico, el tabloide británico Daily Mail contactó a la supermodelo, quien respondió diciendo que no recuerda que aquella conversación haya sucedido.
“Según recuerdo, Sharon nunca me dijo eso”, sentenció la modelo de 69 años. “No estoy segura de por qué Billy Baldwin menciona esto. Los adoro a ambos, pero eso nunca sucedió”.
De esta manera, la persona que William Baldwin menciona como testigo en su intento por dejar mal a Sharon Stone lo termina dejando a él en evidencia. Y es que en la misma publicación de X, el actor continuó con su ataque personal diciendo que también recordaba haberse reunido con el mismo productor “implorándole que me permitiera coreografiar la escena de sexo final en la foto de abajo para no tener que besar a Sharon”.
“¿Me pregunto si debería escribir un libro y contar las muchas, muchas historias inquietantes, pervertidas y poco profesionales sobre Sharon? Eso podría ser divertido”, concluía.
En este caso, la defensa de Janice Dickinson deja en evidencia dos cosas. La primera, que los rumores que surgieron antes del estreno de Sliver tenían algo de verdad: había tensión entre Sharon y William y, al parecer, nunca se habría resuelto. La segunda, que la verborrea rabiosa de William Baldwin podría ser fruto de su ego herido simplemente porque Sharon Stone insinuó que no era buen actor, dejándolo por debajo de Michael Douglas.
Y es que la actriz ya había revelado esta anécdota en sus memorias publicadas en 2021, detallando explícitamente que se refería a un compañero sin talento. La diferencia es que en aquellas páginas no daba nombres y el susodicho había quedado en el aire. Hasta ahora.
¿Qué dijo exactamente Sharon Stone?
La actriz de Casino es de las figuras más generosas de Hollywood a la hora de conceder entrevistas o hablar en eventos públicos. Es un libro abierto, tanto en sus memorias como en sus declaraciones en torno a sus batallas profesionales, lo cerca que estuvo de la muerte o el olvido de su industria. Cada historia es la versión según sus experiencias. El resto de implicados están en todo su derecho de recordar lo sucedido a su manera -como sucede con el choque entre director y actriz por la escena del cruce de piernas en Bajos Instintos- y el público puede creer a quien quiera. Sin embargo, en el caso de Billy Baldwin el asunto se desmadró.
Lo que Stone contó en The Louis Theroux Podcast en el episodio estrenado el pasado lunes es que Robert Evans le dijo que “debería acostarse con Billy Baldwin” como él había hecho con Ava Gardner. “Porque si me acostaba con Billy Baldwin, su actuación sería mejor. Y necesitábamos que Billy fuera mejor en la película, porque ese era el problema. Y si podía acostarme con Billy, entonces tendríamos química en pantalla, y si tan solo pudiera tener sexo con él entonces eso salvaría la película”, revelaba.
Pero la actriz arremetió explicando que no tuvo que acostarse con Michael Douglas para lograr la química explosiva que tuvieron en Bajos Instintos. “Michael podía venir a trabajar y saber cómo alcanzar esas marcas, hacer esa línea, ensayar y presentarse. Ahora, de repente, estoy en el negocio de ‘tengo que acostarme con la gente’”, añadía furiosa.
Como apuntaba anteriormente, Sharon Stone ya había contado esta anécdota en sus memorias, utilizándola como ejemplo para definir que después de rechazar los planes del productor, la etiquetaron de “difícil”. “¿Crees que si me acuesto con él se convertirá en un buen actor? Nadie es tan bueno en la cama”, escribía en su libro de 2021 (vía Variety). “Sentí que podrían haber contratado a un coprotagonista con talento, alguien que pudiera representar una escena y recordar sus líneas. También sentí que podían acostarse con él ellos mismos y dejarme al margen. Mi trabajo era actuar y lo dije. Esta no fue una respuesta popular. Me consideraron difícil”.
Un rodaje con tensión en el aire
Según un artículo de la época de Entertainment Weekly, Sharon Stone no estaba interesada en el proyecto porque no quería repetirse tan pronto en una película que seguía la misma tendencia erótica de Bajos Instintos. Sin embargo, a pocos días de comenzar el rodaje, Robert Evans logró convencerla con una mentira: le dijo que Geena Davis estaba preparada para iniciar el rodaje y como había existido competencia entre las dos por el papel de Bajos Instintos, la convenció.
No obstante, el proceso no habría sido fácil. El mismo artículo detallaba la tensión que hubo entre ambos protagonistas, asegurando que Baldwin dijo “labios finos, aliento ok” a un miembro del equipo al terminar una escena amorosa con su compañera. A su vez, la propia actriz explicó en una entrevista con New Yorker de 2021 que “Billy era muy dulce, joven e ingenuo”, pero que “todavía era un niño” para enfrentarse a los grandes ejecutivos de estudio. Los actores se llevan cinco años de diferencia, con Stone siendo la mayor.
A su vez, explicó en sus memorias que a él también le habrían sugerido peticiones inapropiadas, dejando entrever que Baldwin la podría haber malentendido en su momento. Lo que en cierto sentido explicaría la verborrea rabiosa del actor en X. “Estaba intentando ser apropiado”, recordó. “Pero cuando le decía ‘¿por qué no vienes a mi camerino y trabajamos en las escenas’, no creo que se diera cuenta que realmente quería trabajar en las escenas porque nos estaban presionando a los dos con realidades alternativas”.
En aquel entonces, William era conocido por la asociación de su apellido y el parecido físico que comparten todos los hermanos Baldwin (Alec, Daniel, Billy y Stephen). Estaba ascendiendo poco a poco en la industria tras aparecer en producciones como Línea mortal o Llamaradas, pero digamos que el atractivo principal de Sliver era Sharon Stone y su regreso al thriller erótico.
Si analizamos la debacle mediática podemos comprender que, a priori, cualquiera en el lugar de William Baldwin se molestaría. Que después de 30 años se exponga una historia que cuestiona tu talento puede sentirse como un insulto. Sin embargo, Billy también podría hacer un ejercicio de honestidad y reconocer lo que sabemos aquellos que vimos Sliver: que no fue una buena película ni una actuación que merezca reivindicar.
Stone protagonizaba a una editora de libros que comenzaba una relación con un vecino y dueño del edificio donde vivía, desconociendo su implicación en un asesinato y que practicaba el voyerismo con cámaras instaladas en todos los departamentos. Sliver fue dirigida por Philip Noyce (Juego de patriotas) y fallaba por todas partes. Desde las carencias narrativas en torno al desarrollo de personajes al exceso de erotismo superficial y las malas actuaciones. Ningún intérprete destacó en aquella producción aunque lo de William Baldwin era peor al tratarse de una interpretación que se apoyaba demasiado en el erotismo superficial y su atractivo físico que en ayudarnos a comprender las motivaciones, intereses y deseos de su personaje.
Sin embargo, a juzgar por la reacción del actor en redes sociales, parece que su ego tomó la delantera, soltando su ataque contra Sharon Stone en lugar de reflexionar sobre la anécdota que recuerda su compañera. Una anécdota que habla de una petición inapropiada. La crítica a su talento, en este contexto, resulta completamente secundario. Y más cuando se hace referencia a una película tan mala como Sliver.